Jesús Pedreira es uno de aquellos transportistas gallegos que hace ya cuatro décadas aparcaban su camión junto a la antigua Pescadería Municipal para ofrecer oricios a paladas por 25 pesetas cada una a un público ávido que llegaba a formar colas importantes a pesar de que entonces era fácil comer oricios en una sidrería o restaurante por poco dinero y sin dejar la casa llena de púas...
Artículo publicado en El Comercio | Diario de Asturias